agosto 4, 2019
Presentación de Sinceramente en Malvinas Argentinas

 

Marcelo Figueras: Muy buenas tardes a todas, a todes y todos. Muy contentos de estar aquí, en esta tarde, conmovidos igual porque en estos últimos días hemos recordado…

Cristina Fernández de Kirchner: Hay algunos que están pidiendo que se sienten. Mirá allá arriba qué impresionante. Me siento como en esos lugares donde tocás un botón y salta y no sabés por qué salta, ¿viste? Ya entendí cómo es. ¡Listo!

MF: Les decía que estamos contentos de estar aquí, pero que todavía estamos conmocionados porque los últimos dos días no tuvimos más remedio que recordar las fechas particularmente tristes, el jueves se cumplió el segundo aniversario de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, es el mismo día de homenaje. Mirá lo que son las casualidades, ese mismo día se cumplió un año de que empezó esta causa de los cuadernos fantasmas y el mismo jueves este se abrió el servicio en valores de Gendarmería, fechas que coinciden casualmente. Y ayer se cumplió un año de la muerte de Sandra y Rubén, de esos dos docentes de la escuela 49 de Moreno. Y, para celebrarlo, el Instituto de Cine, ente nacional, decidió prohibir un documental sobre ellos y la educación en la Provincia de Buenos Aires.
Pero bueno, hoy es un día bello, es un día maravilloso, ¿es un día cómo? Y Cristina toca en Malvinas Argentinas, en la Provincia de Buenos Aires. Hace un par de días en la radio, con los compañeros de la radio alguien puso un tema de Charly García de sus últimos temas, random, que es un tema que se llama «La máquina de ser feliz» y juro que yo no lo había escuchado. Y es una canción donde Charly dice que la felicidad no existe en soledad, justo hace dos días cuando te encontraste con las compañeras bancarias vos hiciste mucho hincapié en el tema de la felicidad y suena raro porque no estamos acostumbrados a que los políticos hablen de felicidad. En general, los políticos hablan de FMI, de ajuste, te hicieron creer que podías comer cuatro veces al día, ese tipo de cosas y, sin embargo, cuando lo pensás, no puede ser más lógico, ¿no? Si el objetivo de un político no es la felicidad de su pueblo ¿De qué otras cosas tiene que hablar?

CFK: Bueno, muy buenas tardes a todos y a todas. La verdad que el otro día cuando estaba con las mujeres, la Comisión de Delegadas del Sindicato Bancario, casi más de mil mujeres delegadas… La verdad que el ámbito de discusión o de la charla con mujeres, siempre se remite a las cosas más simples de la vida, ¿no? A las que las mujeres somos las administradoras de esa vida, entonces cuando nos encontramos entre mujeres, aunque algunos machirulos sostienen que solamente podemos hablar de determinadas cosas, lo cierto es que las mujeres, y vos sabés que sí, la verdad es que sí el tema de la felicidad… Vos decís que los políticos, yo te recuerdo, soy veterana, que un político que se llamaba Juan Domingo Perón habló de la felicidad del pueblo y de la grandeza de la nación, así que… La verdad que no debería sorprendernos. Pero lo cierto es que sí, creo que el tema, vamos a alejar un poco esto porque si no ocupa mucho ¿no? (se refiere al micrófono). ¿Así está mejor?

Vos sabés que este tema de la felicidad, fundamentalmente de los sentimientos más que de otra cosa, es como que no se pudiera mezclar y creo que sentimientos, felicidad y la realidad son cosa que hoy debieran estar más que nunca arriba de la mesa de la discusión. Creo ¿no? De políticos y de no políticos también. ¿Por qué digo esto? Porque, mirá, hoy miraba un videito que hizo Axel, que me encanta, lo subí a la red, lo subí a mi red porque realmente, él cuenta que estudió, que es docente, en fin, pero termina con algo que, por lo menos el que subí yo hoy a la tarde, al mediodía, era algo así como, corregime si estoy diciendo otra cosa, por qué había estudiado economía y había estudiado economía para entender la realidad, para comprenderla y ahora hacía política para transformar esa realidad. Y me parece que es algo, sobre todo el tema de la realidad en tiempos en donde las cosas que nos pasan a los argentinos las quieren explicar a través de fenómenos metereológicos, o del túnel, que había un túnel.

MF: O fluviales.

CFK: Y ahora, últimamente, viene la versión fluvial. Estamos en el medio del río. Y la verdad que yo quiero discutir esto de si estamos en el medio del río, por que cuando Macri llegó al gobierno y Vidal a la gobernación los argentinos, las argentinas, los bonaerenses y las bonaerenses estábamos en tierra. A ver, todos estábamos en tierra. A ver, los empresarios en sus empresas, los comerciantes en sus comercios, los chicos iban al colegio a estudiar, no a comer, recibían su netbook. Los científicos estaban en el Conicet, en los laboratorios, en el INVAP, estaban programando el ARSAT 3, ya habíamos lanzado dos satélites, estaban programando el ARSAT 3, todos estaban en tierra y haciendo sus cosas y viviendo su vida. Y de repente, ya que de fenómenos metereológicos quieren hablar, vino el tsunami de estas políticas, que es un verdadero tsunami. Si queremos graficar el efecto de las políticas, es ese. Un verdadero tsunami sobre la vida de todos y de todas, porque nadie anda en la mitad del río, salvo que esté pescando o que tengas un yate o un velero. Pero la realidad es que todos los argentinos, con dificultades, con problemas, estábamos en tierra. La vida en la tierra es una vida de dificultades, la vida son problemas y dificultades. Pero me parece que estos problemas, el de no saber cuándo voy a volver a comer cuatro veces al día, el de no saber si mis hijos se van a quedar acá, o algunos ya están programando irse del país porque no tienen oportunidades, o científicos, o como profesionales. Los pibes que van al colegio y primero piden la comida porque reciben comida en lugar de libros o netbooks. Entonces digo, me parece que la Argentina, la política, los argentinos y las argentinas tenemos que volver a hablar de estos temas, de los temas cotidianos, de los jubilados que tenían su PAMI, con sus remedios. Yo creo que es esto en definitiva, porque si no parecemos, me imagino a alguien sentado frente al televisor y por ahí escucha estas cosas como que en medio del río, o más promesas. Yo creo que debemos hablar de los problemas acuciantes y muy graves que hoy están viviendo los argentinos. Y yo creo que son tan primarios, porque en algún momento podíamos discutir algunas cosas que por ahí requieren, y también generan distintas posiciones, pero frente a los alimentos, frente a la comida, frente a tener trabajo, estaban en tierra los trabajadores y estaban en sus fábricas, en sus talleres. Tenemos que volver a discutir, yo siento, ¿Sabés qué, Marcelo? Siento que tenemos que volver a discutir cosas que ya estaban resueltas, es como, lo digo en una parte del libro, es como el cangrejo, yo a veces siento…

MF: La Argentina del cangrejo.

CFK: Sí, la Argentina del cangrejo, lo digo no sé en qué página del libro. A ver, tengo 66 años.

MF: Página 311.

CFK: Claro. Gracias, pero son 66, no hay tu tía. La verdad que nosotros, yo milité desde muy joven, pero escuché hablar de política siempre de muy chica en mi casa, siempre tres para adelante, cinco para atrás, dos para adelante, cuatro para atrás. Y te juro que yo sentí, lo explico también en el libro, lo hemos charlado, creo también, que yo sinceramente creí que había cosas que ya estaban fuera de discusión en la Argentina, que todos, todos, nadie puede no estar de acuerdo con que la gente pueda comer, con que la gente pueda pagar los servicios, la luz, el gas, el agua, etc… Siento en eso el retroceso, que tenemos que volver a discutir y a solucionar, porque no se trata solamente de debatir, porque para nosotros, para algunos de nosotros y nosotras esto puede constituir un ejercicio de los que nos gusta debatir, pero a otro se le va la vida mientras nosotros debatimos y discutimos. A otros y a otras se les va la vida mientras nosotros debatimos y discutimos. Entonces, digo que la política debe tomar urgente contacto con la realidad, debemos enchufar la política de vuelta con la realidad cotidiana de la vida de los argentinos. Porque más allá de intereses creados, de grupos muy chicos, muy circunscriptos, yo estoy absolutamente convencida que sobre estas cuestiones que los argentinos teníamos resueltas, pocos, muy pocos, y con intereses muy concretos deben estar en desacuerdo con que le demos una solución. Y ya sabemos, además, que cuando tenemos que darle solución, bueno, se trata de que los más chiquititos, los que más se llevaron, los que más acumularon, en definitiva miren un poco a su alrededor y, si no miran, deberemos hacerlos mirar para que las cosas retornen a la normalidad en la República Argentina. No es justo vivir así, no es bueno. No es bueno.

MF: Ya que estamos así con lo metereológico, el año que viene, en 2020 la Argentina vamos a seguir en el medio del río y va a venir la creciente de la deuda grande del FMI y para negociar con esta gente hay que saber cómo y hay que tener claro cuáles son los intereses de los argentinos. En el libro hay una parte que a mí me resulta muy elocuente, en la página 197, 198 que hablás de la primera negociación cuando había asumido Néstor y hablás de una reunión en la que están Néstor y vos, Lavagna, Nielsen, Zannini y Alberto Fernández. Está el detalle divertido en el libro, donde decís que vos fuiste a esa reunión con una boina roja totalmente adrede, como para que entiendan cuál era el límite y Néstor le dijo a Lavagna, «señor Roberto, tenemos que hacer una oferta menor porque no vamos a poder pagar eso». Nielsen dijo entonces: «yo no voy, yo no puedo ir con eso porque me van a sacar a las patadas». Y Néstor le respondió: «mejor que te saquen a vos solo a las patadas de allá y no que nos saquen a todos a las patadas de acá».

CFK: Bueno, de eso, sí, fue la primera reestructuración de deuda que la hace Néstor, Alberto era su Jefe de Gabinete y me acuerdo, sí, y Roberto Lavagna era Ministro de Economía y Guillermo era quien negociaba directamente. En realidad, el negociador directo con los acreedores, con los tenedores era Nielsen que viajaba permanentemente, que hizo una muy buena gestión. La verdad que hay que reconocerle que hizo una muy buena gestión, pero claro, con directivas claras. Néstor decía que no podíamos comprometernos a pagar algo que no permitiera que la economía creciera. Y la verdad que lo que decía era correcto, porque permitió que la economía creciera, se pagó al FMI, se pagó a los tenedores, salvo al pequeño grupo de fondos buitres que no aceptaron. Pero fue una reestructuración muy exitosa, el 93 % de los acreedores. Y yo creo que esta es una de las claves de lo que permitió que la Argentina creciera, no es que Néstor hacía magia o era… simplemente era cuestión del sentido común, él pensó que teníamos que crecer primero. Es lo que explica Alberto ahora, muy bien, que Alberto dio en la tecla el otro día cuando tomó el tema de las Leliqs y estuvo bueno porque Leliqs de repente a alguien le parece que es el nombre de un remedio. En realidad la gente, porque esta es la otra gracia que tienen los que hacen estas cosas, se desarrollan en un ámbito donde muy poca gente accede, muy poca gente, no es que no entienda, sino que no tiene acceso a la información y la preparación. Pero me parece que fue muy fuerte porque nadie sabía, por ejemplo, que en la Argentina se emitían unos papelitos por los cuales a los bancos se les paga unas tasas formidables que representan, en intereses, el presupuesto de un año de esta bendita provincia de Buenos Aires, por ejemplo, o dos presupuestos de Santa Fe. Y creo que Alberto tuvo la centralidad de colocar precisamente en el centro del debate lo que es el corazón de este modelo, que es un modelo de especulación donde ganan los bancos y fuera de ellos pierden todos los demás. Me parece que esto fue lo central. Y lo que él dice es que no puede sobrevivir ninguna sociedad donde se paguen tasas del 60, del 70, del 80 % porque revientan a las pymes, revientan los comercios, finalmente termina reventando todo. No estamos diciendo cosa extrañas, estamos contando cosas que pasaron en el país y él está proponiendo cómo resolverlas para poder salir una vez más. Porque está bien, estamos en el medio del río como dicen, pero me parece que los salvavidas no los tienen ellos, me parece que no.
Me parece que ya que seguimos en el orden de las metáforas, creo que esto que pasó ¿sabés lo que digo yo que a mí me conmueve? Que en tan poco tiempo, otra vez sopa. Porque después del derrocamiento de Perón, en el 55 cuando viene el FMI la Argentina ha tenido crisis recurrentes de su deuda. La tuvo el gobierno de Alfonsín, luego vino la crisis del 2001, la historia también si vamos al Siglo XIX, y no quiero irme mucho más allá, Juárez Celman también tuvo crisis de deuda. O sea, siento que además de abordar la solución de este problema, de este problemón, de este drama, esta tragedia que tenemos los argentinos, deberíamos ponernos los argentinos de acuerdo en cuanto a qué tipo de endeudamiento se puede recurrir en la República Argentina. Nadie está en contra del crédito, el endeudamiento… si el endeudamiento es para infraestructura, para transformar la Argentina y tenemos posibilidades de pago, pero para hacer la bicicleta financiera y que vengan a poner los dólares, pesos y se los llevan. Es criminal hacer eso. Yo creo que deberíamos, deberían legisladores, ahí lo veo a Sergio que es nuestro primer legislador por la Provincia de Buenos Aires, creo Sergio y creo a otros compañeros y compañeras que también tienen esa responsabilidad, que deberían pensar en algún mecanismo, no podemos estar librados a la mano de cualquiera que se le ocurra en virtud de que gana una elección, hacer cosas que comprometan a generaciones y generaciones y generaciones de argentinos. No me parece justo, algo hay que hacer con eso para que no nos vuelva a pasar otra vez lo mismo.

MF: Hubo otros momentos en los cuales las cosas no salieron tan bien, hay un momento en el libro donde recordás la reunión con Alberto Fernández también y con Lousteau, que llevó a la 125, la resolución 125.

CFK: ¡Uy, sí! El otro día cuando Alberto, sí se me vino a la memoria el otro día cuando Alberto dijo frente a una recomendación del candidato de Cambiemos por la Capital Federal, en cuanto a economía, se le vino a la memoria, me comentaba después cuando charlábamos «te juro», me dice «que me acordé de aquella reunión». Es la reunión que yo relato en el libro, estábamos los tres, yo era Presidenta, fue en el 2008. No me olvido más, fue en el 2008, después no sé si llegué a contar una cosa de Néstor, vamos por partes.

MF: Contá, contá.

CFK: No. Vos sabés que estábamos los tres y me habían propuesto el tema que después se conoció con la famosa resolución 125 de retenciones móviles, bueno, el que la pensó, el que la trajo como proyecto fue él, que era mi ministro de Economía. Y me acuerdo como si fuera hoy, estábamos ahí en el despacho presidencial en la Casa Rosada, había una mesa muy larga, estaba sentada yo en la punta, estaba Alberto a mi izquierda y él con otro, creo que estaba un asesor de él también, y Alberto le pregunta «¿Pero vos estás seguro, vos hablaste con las entidades si están de acuerdo con esto?» Y me acuerdo la respuesta: «sí, sí, están de acuerdo». «En realidad, lo que les importa a ellos», fue la respuesta, «es las retenciones del trigo y del maíz, las de la soja no les interesa». Te imaginás después lo que se vino, el maremágnum que se vino. Néstor estaba ¡Ay que enojado que estaba Néstor, por Dios! Eso no lo cuento en el libro, no sé si contarlo ahora. ¿Lo cuento? Néstor estaba muy, muy enojado porque dice: «¿Cómo se le ocurrió hacer una cosa así?», decía. «Si yo, antes de irme», eso fue en noviembre, él había decidido en noviembre un aumento de las retenciones y las entidades lo habían aceptado sin ningún problema. Y lo había hecho, precisamente, para que el próximo gobierno no tuviera dificultades. Entonces el tipo, o sea Néstor, veía que él había tomado la decisión correcta de dejar un margen al próximo gobierno, que éramos nosotros y este había venido, bueno, del zafarrancho que se armó da cuenta la historia ya, es parte de la historia. Pero bueno, Alberto me decía: «te juro que me salió cuando me preguntaron de las tripas, porque no me voy a poder olvidar nunca lo que significó políticamente aquello». Es más, también un poco el inicio de nuestras diferencias por cómo se fue abordando la diferencia, así que te imaginás que estaba muy fresco en mi memoria, en la de él y cuando este vino a darnos recomendaciones de economía, bué, le dijo «no, hasta acá llegó mis buenos modales». En realidad, fue una expresión normal.

MF: Por suerte, después tuvimos mejores negociadores, ¿no? Creo que hay una parte en la que hablás de la renegociación de la deuda con el Club de París, donde recordás que Axel estuvo 17 horas discutiendo con esta gente y que te llamó a las 4 de la mañana y vos le dijiste «muy bien, te plantás ahí».

CFK: Claro, porque me llama… fue una negociación durísima, primero fue un gran logro de la Argentina porque nosotros discutimos con el Club de París, que era una deuda que venía del año 57, 58, por ahí y me acuerdo que fue una negociación muy dura. Primero nosotros no aceptamos que nos monitoreara el FMI, nosotros cuando obviamente encaramos esta negociación, ya le habíamos pagado al Fondo y el Fondo siempre cuando negocia reestructuraciones con los países acreedores pide que lo monitoree el Fondo. Nosotros no habíamos aceptado el monitoreo del FMI y allá fue Axel a discutir en París 17 horas, me llamó a las 4 de la mañana para decirme que se había trabado la negociación porque estaban pidiendo creo que eran 90 o 100 millones de euros, ¿100 no? 100 millones de euros pero no había documentación respaldatoria y yo le dije: «nada». Y ahí nos plantamos y no solamente ahí, yo creo que más importante que la del Club de París, que es importante y mucho, fue la negociación que encararon para lograr de parte de Naciones Unidas el acuerdo de aquella famosa resolución de reestructuración de la deuda soberana de los países. Que logramos realmente, el apoyo de muchísimos países del mundo y quiero también recordar en esta ocasión a quien fuera nuestro canciller Héctor Timerman, que logró que todos los países de Europa se abstuvieran, nos iban a votar en contra de la resolución y la verdad que logró que, Axel fue a dar muchísimas charlas, conferencias, habló con todos los países y logramos que se abstuviera toda Europa. Seis países únicamente del mundo nos votaron en contra. Imagínense, seis. No los voy a nombrar porque no hace falta. No hace falta, pero la verdad que fue un logro.
¿Vos sabés que cuando después fui al poco tiempo a Roma a un encuentro con Francisco, con el Papa, y vos sabés que Francisco me dijo lo importante que era esa resolución? El triunfo que habíamos logrado. Yo creo que el gran desafío, el otro día dijiste lo de los sentimientos y la felicidad, ¿no? Yo creo que el otro desafío que tiene la política que es la sensibilidad y los sentimientos, es también la capacidad. Creo que es muy importante porque abordar esta problemática no solamente en nuestro país, sino también en el mundo requiere de mucha capacidad. Y yo quiero referirme específicamente, ya que estamos en la Provincia de Buenos Aires, hoy aquí en Malvinas Argentinas, a las capacidades que requiere esta provincia. ¿Por qué digo esto? Yo siempre he sostenido que la Provincia de Buenos Aires es un país dentro de otro país, uno puede hablar de economías regionales cuando habla de la provincias del NEA, del NOA, que tienen dos o tres productos y que están más pendientes del precio internacional de ese producto, pero la Provincia de Buenos Aires, primero en volumen de habitantes de acuerdo a la proyección del censo, creo que terminamos con 39 % de la población, ahora en 2019. Es la principal empleadora del país, el 31 % de la mano de obra registrada está acá y, si le sumás el trabajo informal, debe andar en el orden del 43 %. Acá tenés todas las actividades industriales, primarias, productivas, valor agregado, científicas. Vos sabés que yo siento que si la provincia pudiera estar conducida por alguien que entendiera, y no quiero adjetivar, ni criticar a nadie, ni a la actual gobernadora, ni a los que estuvieron antes, pero vos sabés que yo creo que si la provincia fuera conducida por alguien que también conociera lo que son los insumos de lo que es la macroeconomía y articulara con la nación, creo sinceramente y no es para parafrasear a la publicidad oficial, pero creo que si la provincia es conducida con capacidad, con conocimiento de la economía, los fenómenos de la economía, de lo que pasa, de cómo hay que hacerlo, en articulación con la nación somos imparables en serio, creo. Me parece que sí, me parece que sí. Me parece que sí. Y vos sabés que es tan importante la sensibilidad y lo que te digo, te lo digo porque he sido Presidenta dos veces de la República Argentina y estuve al lado de Néstor. Y la verdad que creo que podría funcionar mucho mejor de lo que ha funcionado.
Y además el tema de la sensibilidad, que es la otra cosa, que también tiene que ver, yo digo que capacidad sin sensibilidad no sirve y sensibilidad sin capacidad, tampoco. Y creo que además de la sensibilidad también parte de las propias experiencias vitales que cada uno de nosotros ha tenido en la vida. Vos sabés que recuerdo cuando Axel me vino a proponer, siendo ministro de Economía, el plan Ahora 12, que fue un éxito. Y vos sabés que lo charlábamos porque cuando él vino y me contó, vino con todos los papeles, las proyecciones, lo que íbamos a mover con el Ahora 12, cómo iba a ser cada actividad, cómo iba a ser la tasa de interés subsidiada, pa pa pa. Mientras él me hablaba yo me acordaba de mi infancia, de mi adolescencia y de mi juventud, yo soy hija de trabajadores y en mi casa se compraba todo a cuotas. En mi casa compraban a cuotas hasta los libros, yo me acuerdo que por casa pasaban los vendedores de libros y mi abuelo y mi mamá los hacían pasar al comedor, venían con inmensos portafolios donde abrían y sacaban los folletos de lo que eran los «Yo Sé Todo», mirá qué vieja que soy «Yo Sé Todo» ni deben existir ya. Pero no importa, los Preceptor, enciclopedias, diccionarios y mi abuelo compraba y mi mamá también, ellos habían terminado apenas la escuela primaria y, claro, querían que nosotras leyéramos y estudiásemos y se compraba todo en cuotas. Desde los libros, la heladera, el televisor, la casa que todavía es donde vive mi hermana en La Plata, la compramos a cuotas también, con cuotas, en una constructora que vendía casas, las armaba, las construía. Bueno, después fueron agrandando y mejorando. Y yo pensaba: ¿Y entonces? Claro, me acuerdo que yo le comentaba y él me decía: «sí, en mi casa también compraban cosas a cuotas». Claro, pero para hacer esto, además de saber de economía, tenés que tener la sensibilidad de tener la experiencia de cómo vive el pueblo, porque también sos vos parte del pueblo. Me parece que esto es clave y no hablo si de repente vos viviste en una casa y te venía a buscar el chófer para llevarte al colegio y tenías mucama, ¡es bárbaro!. No estoy criticando a nadie que tenga chófer, ni mucamas, ni mayordomos, está fantástico. Ojalá me hubiera tocado, imaginate ¿Quién no va a querer vivir en una casa que tengan de todo? Pero convengamos que salvo casos excepcionales, es muy difícil que alguien que ha tenido la inmensa, la inmensa suerte de tener de todo y que le sobrara de todo en la vida, pueda tal vez comprender o entender las necesidades que pasa la gente. Por eso esas construcciones de la mitad del río y el final del túnel y todas esas cosas que yo creo que intentan explicar lo que de esa perspectiva es inexplicable y que solamente es entendible desde el pueblo, desde lo que sufre la gente cotidianamente. Me parece que por eso creo que es importante entonces para todo, para la Provincia, para el país, para todo, capacidad y sensibilidad en la política, son esenciales, creo. Sí.

MF: Ya que estás en la Provincia de Buenos Aires, esta semana me sorprendieron una sucesión de declaraciones de la gobernadora Vidal que primero me llamó la atención porque dije a esta mujer…

CFK: No sirve, no sirve, sino parecemos. No sirve, no sirve. (dice en referencia a los chiflidos) No sirve silbar, no hay que silbar, hay que pensar y hay que hablar. Pensar y hablar y trabajar. Pensar, hablar y trabajar. Pensar, hablar y trabajar. Sin gritar, sin silbar, sin tirar carteles como los que tiraron de Axel hoy en la Autopista La Plata. ¡Qué horror eso! ¿Lo viste?

MF: ¿El video ese?

CFK: Sí.

MF: Viste que hay una parte en el libro donde vos decís «siempre tuve la obsesión de hablar mirando a los ojos de los otros, me parece que ahí se construye un mensaje diferente». Y esta semana la gobernadora dijo «hoy puedo mirarlos a los ojos y hablar de los hechos de estos tres años, de la apertura de la escuela pública para cada vez más bonaerenses elijan esta educación» y bla, bla, bla. Yo dije leyó el libro, pero no lo entendió, porque la idea no es mirar a los ojos de la gente para mentirle descaradamente, mirar a los ojos a la gente para decirle «trabajé por vos y vos sabés que yo trabajé por vos». Y después tuvo una declaración con el tema de las drogas, donde hizo una diferencia muy clara con respecto los chicos de determinada clase social: «puede haber sectores que tengan libertad de decidir en el caso de la marihuana, fumarse un porro, ahora cuando yo voy a los barrios más pobres de la provincia el mensaje tiene que ser uno solo, porque la marihuana es una droga de inicio».
Es decir, hay chicos privilegiados que tienen la posibilidad de elegir y hay chicos a los que no les da para elegir y hay que usar el rigor con ellos. Y después cuando se dieron las diez cuadras de cola frente al penal de Olmos, donde había diez cuadras de colas de chicos jóvenes buscando laburo, dijo «no, pero estaban ahí porque son chicos que quieren estudiar», porque obviamente tenés que hacer un curso para ser guardiacárceles. Y ahí me acordé de la otra declaración, cuando dijo «¿Para qué universidades en el conurbano y en el resto del país si la gente pobre nunca llega a la universidad?». Ahora, que estudien para guardiacárceles está todo bien, ¿no? Pero en la universidad…

CFK: Mirá, Marcelo, yo a esta altura ya prefiero ni siquiera hacer demasiados comentarios sobre lo que dijeron, porque veo que hay también desorientación, un poco, tal vez el coucheo no está dando los resultados que siempre dio. Yo prefiero, en ese sentido, hablar de esto que estaba explicándote recién, lo que necesitamos para superar todo este tipo de cosas que tanto dolor están causando a tantos hombres y mujeres, no solo de la Provincia de Buenos Aires, sino en todos lados. Yo te aseguro que creo que un país diferente, un país más solidario, que te importe lo que le pasa al otro, yo creo que es posible. Y creo que todas estas afirmaciones, lo que pasó, hoy creo que fue esto de la Autopista de La Plata donde estaban bajando carteles o gigantografías de Axel y de otros candidatos, otras candidatas. Creo que revelan las peores cosas del poder y de la política, las peores cosas las de decir un día una cosa, otro día otra, cosas que hieren a la gente, mentir, prometer, yo creo que no podemos perder más el tiempo en seguir enumerando las cosas que han hecho y hacen todos los días. Porque creo que además crea mucha desazón, desesperanza en la gente. Y creo que lo que la gente está necesitando es la esperanza de saber que puede haber y que debe haber un tiempo mejor, porque no me imagino, sinceramente, cuatro años más con estas explicaciones, cuatro años más con estas políticas, cuatro años más de fábricas cerradas, de comercios que cierran. Y creo, entonces, que también todos y todas vamos a tener que poner un gran esfuerzo para superar estos intentos tan terribles de enfrentamiento, de divisiones de la sociedad, del pueblo argentino. Porque van a venir tiempos difíciles, esta deuda monumental que han contraído, más que un Plan Marshall, más que la deuda que  se contrajo durante la dictadura militar. Esto va a requerir de todos nosotros, de todas nosotras un gran espíritu de unidad nacional, de convocar a una unidad nacional, independientemente de lo que digan o hagan los dirigentes, tenemos que convocar a todos los argentinos y a todas las argentinas a una tarea que todos sabemos y todos saben, creo, todas saben no va ser fácil. Pero con la certeza sí que lo vamos a hacer defendiendo los intereses de la gente y fundamentalmente, esto que decíamos recién, que la gente vuelva a ser feliz. En definitiva, en la República Argentina, que de eso se trata la política, ¿no?  Volver a ser feliz.

MF: Lo que pasa que miremos para donde miremos uno encuentra gente en situaciones tan tremendas, tan rota, tan lastimada que uno se pregunta de dónde vamos a sacar las energías para sacar esto adelante. Y a veces lo pienso también, veo en el libro y digo qué pensará esta mujer que el primero de marzo de 2015 dijo en el Congreso «señoras y señores legisladores, compatriotas, hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina» y mirar la realidad que tenemos hoy. A veces me pregunto y te lo preguntaría a vos también. Si Néstor viese esto…

CFK: Yo te voy a responder como te lo respondería mi abuela, la gallega, que era brava, Amparo. Con aquel refrán de «no hay mal que por bien no venga», dice. Entonces, uno tiene que apechugar, como decimos nosotros, tomar esfuerzo, tomar fuerza y hemos podido una vez  desendeudar a la Argentina, hacerla crecer, con aciertos y con errores, es cierto. No es que acertamos en todo, también nos equivocamos, también nos equivocamos y en definitiva si hay que pedir disculpas porque alguien se sintió ofendido, las pedimos. Pero nunca la erramos en la defensa de los intereses de los argentinos, ahí acertamos siempre. Así que con mucha fe y mucha esperanza, pese a las dificultades, estoy absolutamente convencida que con los compañeros, las compañeras de la Provincia, de todo el país, los que nos habíamos distanciado y nos volvimos a juntar porque sabemos mucho más importante la Argentina que nuestras diferencias. Los que por ahí privilegiamos nuestras discusiones, nuestras peleas, bueno, quiero decirles que ya nos dimos cuenta que cuando nos peleamos entre nosotros, nos devoran los de afuera. Así que a trabajar y mucho. Gracias.

 

 

 

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