Hola, bueno, ¿cómo están todos y todas? Sé que están reunidos allí en Mardel, en el Festival de Fuerza Patria. y que seguramente están escuchando este audio después de las palabras de Mari y de Fernanda.
Bueno, Fernanda me contó que este festival es la culminación de una campaña que la pensaron como con un carácter más reflexivo y permítanme decirles que me parece muy bien esto de reflexionar. Necesitamos mucha reflexión los argentinos.
Vi la etapa del cuaderno con el cual trabajaron en los 19 talleres, y quiero darles las gracias por el diseño del icónico balcón de San José 1111 rodeado de nuestros íconos, San Martín, Maradona, Perón, Evita, el Papa Francisco, Mafalda, el Eternauta, Néstor, las Malvinas. En realidad, más que íconos, nuestras identidades, ¿no?
Bueno, y también pude ver ese video de casi cuatro minutos que me contó Fernanda, que colocaban antes de que se iniciara cada taller. Es un video sobre Milei, sus insultos, sus brutalidades, sus agresiones y su desgobierno de violencia, ¿no?. La verdad que son casi cuatro minutos francamente aterradores. La verdad que espero que esos talleres los hayan hecho de día y bien temprano porque, si ese video lo ves después de las nueve de la noche, no dormís, seguro.
Y sobre todo quiero hablar porque… de ese video porque ese video nos interpreta también a todos los argentinos, ¿no? Las escenas escatológicas y una casi hasta de pornografía infantil fueron dichas y protagonizadas por Milei mucho antes de que la sociedad votara en las elecciones presidenciales del 2023. Algunas de esas escenas fueron de una violencia física con un palo rompiendo todo dignas de una película de Tarantino, sinceramente. Y la pregunta que no puedo dejar de hacerme es: ¿qué nos pasó a los argentinos para poder validar electoralmente tales desatinos? Más allá de que uno no lo haya votado, pero formamos parte de una comunidad y de una sociedad, así que tenemos que preguntarnos entre todos esto. Y creo que la explicación del fracaso del gobierno del Frente de Todos no me parece suficiente. Es más, creo que es una coartada para salir del paso y no indagar sobre nuestros pliegues más escondidos y tal vez más oscuros como sociedad.
También he escuchado y debatido sobre otra explicación que dice algo así como, bueno, que seguramente lo habrán escuchado también. Esa que dice que hay una parte de la sociedad argentina que es tan pero tan antiperonista que es capaz de votar cualquier cosa con tal de que no gane un peronista o un kirchnerista, como más les guste.
Pero dar crédito a esta argumentación como explicación del voto a Milei, más allá que una porción de la sociedad pueda funcionar y votar en ese sentido, sin lugar a dudas, tampoco, tampoco, debo reconocer, me termina de cerrar del todo. Vuelvo sobre los pliegues más escondidos y tal vez más oscuros como sociedad. Después de todo, también a mí me tocó escuchar hace mucho… Me tocó escuchar durante la tragedia argentina que fue la dictadura, la genocida, cuando desaparecían compatriotas, el justificativo de: “algo habrán hecho”. O ver, o ver en la luneta de los autos un adhesivo que se colocaba. Era la bandera argentina con una leyenda: “los argentinos somos derechos humanos”. Mientras en las mazmorras de la dictadura torturaban, mataban y desaparecían gente y mientras en el mundo se conocían las atrocidades de la dictadura militar.
En fin, debo reconocer que con esto de los talleres reflexivos me han movilizado y me han puesto un poco en la misma sintonía. Pero un análisis de este tipo seguramente va a requerir más sociología y más tiempo también para llegar a conclusiones más certeras.
De lo que sí podemos tener hoy y mucha certeza, es del fracaso absoluto de las políticas económicas del desgobierno de Milei.
Fracaso que se vive en la microeconomía de los hogares argentinos, pero también en la macroeconomía de la que presumía, en esa macroeconomía de la que presumía dar cátedra el lunático que tenemos de presidente, cuando concurría como panelista a la tele.
De la microeconomía familiar donde la gente se endeuda con la tarjeta de crédito para comprar comida y a la que hoy le cobran los bancos una tasa de interés que los obligan a refinanciar permanentemente o directamente a caer en mora. De la microeconomía de los jubilados que tienen que optar por comprar comida o remedios. De la microeconomía de los discapacitados, obligados al suplicio de recorrer kilómetros y kilómetros, arrastrando sus problemáticas y sus adversidades en forma humillante para que no le saquen la pensión. Una pensión también exigua que no llegue a 300 mil pesos. De sus remedios y de la coima de la hermana del presidente ya seguramente me han leído y escuchado.
Podría seguir enumerando decenas de microeconomías, de pequeños comerciantes que ven caer a pique sus negocios, de trabajadores de plataformas que han visto cómo han caído los servicios que prestaban, ¿no? Taxistas, remises, Uber, que ya no tienen tantos viajes. Ni que hablar de los Rappi, ¿no? De los deliverys de la comida que ya la gente casi no pide.
En fin. Pero el fracaso más estrepitoso y trágico se está dando en la macroeconomía. Esa que Milei decía manejar con solvencia en la tele, ¿no? Como panelista, claro. Una cosa es ser panelista y otra cosa es ser presidente. Son dos cosas bien diferentes. He visto hablar a miles de presuntos expertos en canales de televisión. Y nadie puede hoy decir que cualquiera de ellos no haya fracasado o las políticas que ellos desplegaban no hayan fracasado en la Argentina. Pero la Argentina y su economía es una cuestión bastante más compleja que ser panelista en la tele.
El pasado día viernes, el Banco Central, nuestro Banco Central, ese que agarraba los palos, mi ley, en ese video que ustedes veían en cada taller, publicó el balance cambiario correspondiente al mes de julio. Son publicaciones mensuales que el banco hace y donde da cuenta de los ingresos y egresos del país, obviamente, de la divisa verde, esa que tiene la carita de los próceres de los Estados Unidos. Otro ícono también de los argentinos. Bueno es decirlo, ¿no? Dicho en castellano básico, lo que hace ese balance que publican mensualmente es dar cuenta de cuántos dólares entran al país y cuántos se van. Y una vez más, una vez más, de los números de ese balance se desprende que el problema central de la economía argentina es su carácter bimonetario, tal como lo venimos diciendo desde hace ya muchísimo tiempo. Y que ese carácter bimonetario se ve agravado, al extremo, por el brutal endeudamiento en dólares a partir del año 2016 y el retorno del Fondo Monetario, ¿no? Durante el gobierno de Macri y del Toto Caputo versión 1, versión macrista, a la escena política de la Argentina. Este balance ya se publica con el Toto Caputo versión mileísta. Pero es el mismo, ¿no? El mismo que nos endeudó. El mismo que trajo al Fondo.
De ese balance del Banco Central publicado este último día viernes, la conclusión es que la salida de dólares del país no para. No para. Y ya es una verdadera sangría. ¿Saben que solamente en los cuatro meses que van desde abril cuando se levantó el famoso cepo para las personas físicas únicamente, porque no fue para las empresas, desde ese cuatro, desde ese abril, cuatro meses hasta fines de julio, salieron del país más de 14.000 millones de dólares? O sea, más de lo que el Fondo nos dio en el último préstamo a Milei. En cuatro meses. Se van los dólares por turismo, se van los dólares por servicio, se van los dólares por formación de activos en el exterior, estos son los 14.000 que les hablo, y por el pago de intereses de la deuda. Todo esto sumado, todo esto sumado a la compulsión argentina de, además, ahorrar en dólares. En el mes de julio. En el mes de julio, un millón trescientos mil argentinos compraron 3.408 millones de dólares.
Y en los siete meses, escuchen bien, en los siete meses, escuchen bien ahí el Mar del Plata sobre todo. Y en los siete meses que van desde el 2025, la balanza del turismo emisivo o sea, de los dólares que se van, fue superior a la totalidad del turismo de todo el 2024. En siete meses ya se fueron más dólares por turismo que todo el turismo emisivo del año 2024.
Y me detengo específicamente en este rubro turístico para contrastarlo dramáticamente con el turismo nacional y sobre todo con nuestra plaza emblemática de Mar del Plata en materia turística que sufre las consecuencias de esta política. ¿Qué les voy a contar a ustedes? Me acuerdo de la publicación de Fernanda dando cuenta de los números de ocupación durante las vacaciones de invierno. Una verdadera catástrofe.
¿Y qué hace Milei a todo esto? Que se había presentado como el economista experto en crecimiento con o sin dinero. Mirá vos. Economista experto en crecimiento con y sin dinero. ¿Qué hace este frente al problema de la economía bimonetaria? Primero la niega en su discurso. En su discurso la niega. Y después no se le ocurre otra cosa frente a ese escenario real para que los pesos no se le vayan al dólar, con lo cual el verdadero problema es el dólar, de llevar las tasas de interés de los pesos que te cobran los bancos a las nubes. O sea, él sabe que tiene que restringir la cantidad de dinero y cobrarlo caro para que no se vayan al dólar. Bueno, entonces ¿cómo era eso de la inflación un fenómeno monetario? Dale.
Dale.
Entonces lleva las tasas que te cobran los bancos a las nubes y además obliga a los bancos a inmovilizar más del 50% de los depósitos que tienen de los terceros de los que van y hacen plazo fijo depósitos a la vista etcétera, etcétera… lo que hace encarecer aún más el precio del dinero y reventar toda la actividad económica. Sube la mora de las tarjetas en los bancos. Suben los cheques rechazados. Los negocios que cierran. Las fábricas que suspenden o echan.
Y así estamos en Argentina de Milei. Sin dólares y sin pesos. Milei el que presumía de saber economía en la tele, de presidente en la Argentina real revela que su plan, si es que alguna vez lo tuvo, no le cierra ni con la gente afuera. A Milei no le cierra ni con la gente afuera sus ideas y sus planes. Esta es la verdad de la milanesa que la cuenten como quieran. Pero esto es lo que pasa en Argentina hoy.
Un fracaso anunciado. Un clásico de los expertos economistas sostenidos y aplaudidos por el poder económico y mediático. Los vemos desfilar por la televisión a todos. Y además cuando fracasan ¿a quién echan la culpa? A la política. A la política. Cuando en realidad lo que fracasan son sus ideas basadas en la depredación económica de la sociedad y en el endeudamiento y en no sostener los intereses de la nación.
Bueno seguramente esto último, Fernanda… Ah, o sea lo del poder económico y su responsabilidad en las crisis argentinas porque cada vez de cada crisis salen más ricos y más concentrados económicamente. De cada crisis la gente sale peor, pero el poder económico sale cada vez más concentrado y más poderoso. Bueno, es un tema que debía tocarse mucho en talleres ¿no? Y que no significa no discutir otras responsabilidades pero ¿cómo son las cosas? ¿Cómo resultan las cosas?
Bueno desde acá en San José 1111 tengo la absoluta certeza que tenemos que impulsar un debate más profundo sobre las verdaderas causas de nuestras frustraciones como argentinos y de los fracasos como país. Y retomar así nuestro rol principal, como ya lo dije en otras oportunidades, de volver a ser militantes políticos y no solamente militantes electorales.
Quiero decirles a todos y a todas que les doy un gran abrazo y que como siempre los quiero mucho a todos y a todas. Gracias.