Nadie debería estar enojado o preocupado porque haya alguien que se preocupe de organizar a los marginales, a quienes no tienen trabajo o podrían cometer algún delito, o ser pasto de adicciones terribles. Al contrario, si tuviéramos mucha gente que organizara a aquellos que fueron separados de la mano de Dios, del aparato productivo, gente que les diera un trabajo, un sentido a sus vidas, yo creo que tendríamos muchos menos problemas que los que tienen las sociedades contemporáneas. Cuanto mas desigual sea el mundo, menos seguridad habrá en ninguna parte.
Nunca creí que volvería a vivir en un país con presos políticos. Y miren que durante los 8 años que fui presidenta me insultaron, me agraviaron, me denunciaron, quisieron destituirme… pero a mí jamás se me hubiese ocurrido bajar a nadie de un transporte por portar un cartel en contra mío. No quiero vivir en un país así. Elegí vivir en un país con muchísima libertad donde todos pudieron expresarse, y además, tuvieron derechos sociales y económicos que fueron respetados. Cuando te quieren quitar la igualdad que lograste, lo primero que te van a arrebatar es la libertad. Por eso hoy la libertad de Milagro Sala tiene un valor simbólico muy importante para los argentinos.