agosto 28, 2009
CFK en la Cumbre Extraordinaria de UNASUR 2009
Cristina en la Cumbre Extraordinaria de UNASUR que se realizó el 28 de agosto de 2009 en San Carlos de Bariloche, con motivo de los conflictos entre la República Bolivariana de Venezuela y Colombia, con el objetivo de mantener la paz en la región.

 

Apertura e intervención de Cristina en la Cumbre Extraordinaria de UNASUR, 28 de agosto de 2009, San Carlos de Bariloche, Argentina.

 

Como presidenta de la Argentina quiero darles la bienvenida a todos los jefes y jefas de Estado; a los señores ministros de Relaciones Exteriores; en especial también a usted, señor presidente de Ecuador en su carácter de presidente pro-témpore de UNASUR, de esta nuestra UNASUR, y continuar en definitiva lo que constituyó la reunión de Quito, en donde precisamente se tomó la decisión de los jefes de Estado allí presentes de realizar una reunión en la República Argentina, primero en Buenos Aires y luego decidimos en este hermoso lugar que es Bariloche, provincia de Río Negro, en la Patagonia argentina.
Como todos ustedes saben en aquella oportunidad el señor presidente de Colombia no había asistido la reunión, por lo tanto esta reunión dependía precisamente de su presencia y quedé encomendada por los mandatarios de invitar al señor presidente Álvaro Uribe, quien creo que ya ha llegado y debo decir que ni bien me comuniqué telefónicamente con él accedió de inmediato a participar en esta reunión, que sin lugar a dudas tiene una trascendencia que tal vez ni nosotros mismos alcancemos a vislumbrar, no solamente por las cuestiones puntual o puntuales que vamos a tratar aquí, sino porque creo que estaremos fijando también una doctrina de la UNASUR en materia de ubicación de fuerzas extraterritoriales en nuestro territorio en distintos países.
Yo creo que la primera cuestión que me gustaría abordar, antes de darle la palabra al señor presidente de la UNASUR, es que guardemos todos una forma de exponer, de comunicarnos y de defender nuestras legítimas convicciones, nuestros derechos, con un tono que nos permita tener una reunión en la cual se aborden los hechos puntualmente tal cual lo manifesté en la reunión de Quito, sin caer en adjetivaciones o calificaciones.
Buenas días presidente de la República Federativa del Brasil, mi querido amigo Lula, bienvenido a Bariloche, bienvenido a la Argentina.
No es que una intente minimizar las cuestiones que hoy se van a plantear aquí, pero quiero decirles que en este sentido Argentina tiene una experiencia muy fuerte. A unos cuantos kilómetros de aquí, en nuestras islas Malvinas, tenemos instaladas en forma unilateral, por la fuerza, bases de una potencia ni siquiera extra América del Sur, sino extracontinental, que precisamente fue la que concluyó con el TIAR como una de las formas de unión que tenía la Organización de Estados Americanos en lo que hace a la asistencia recíproca en caso de agresión de una potencia extranjera. Por lo tanto tenemos experiencias terribles en el continente de enclaves coloniales con bases extracontinentales.
También, junto a Estados Unidos, somos los únicos dos países que hemos sufrido atentados de terrorismo internacional, Estados Unidos las Torres Gemelas y nosotros dos atentados, en 1992 la voladura de la embajada de Israel y en 1994, a tan sólo dos años, la voladura de la AMIA.
Ustedes dirán entonces por qué traigo a colación estos dos hechos. Precisamente para fijar el hecho de que no somos ajenos a los temas que se van a tratar en esta reunión y que sin embargo eso no nos coloca en un lugar de victimización o de alarde de victimización por los atentados que sufrimos ni tampoco de estridencia por las bases que tenemos colocadas allí. Hechos sin duda gravísimos que hablan por sí solos y que no necesitan de estridencias o discursos altisonantes que sirvan de excusa o de ocultamiento de los hechos que tenemos que analizar hoy aquí.
Buen día presidente Uribe, le agradezco mucho su presencia aquí, bienvenido a la Argentina y además usted no estaba cuando lo manifesté pero le hice conocer a todos mis colegas que cuando me puse en contacto con usted accedió inmediatamente a concurrir a esta reunión de la UNASUR.
La otra cuestión, pasada la apelación al torno en el cual nos dirijamos y abordemos los temas, está también en el hecho de que vamos a estar discutiendo no solamente una cuestión puntual, creo que el presidente Correa lo había planteado en Quito cuando habló del tema de instalación de bases como cuestión soberana interna de los países. Creo que nosotros hoy aquí vamos a estar fijando una doctrina en cuanto a cómo UNASUR va a abordar o va a tratar la instalación de bases de un país que no forme parte de la América del Sur en cualquiera de nuestros territorios, porque lo cierto es que si hoy se va a tratar el tema de las bases en la República de Colombia, mañana algún otro país puede también querer hacer lo mismo respecto de otros países y entonces es necesario que tengamos en claro que debemos fijar una doctrina uniforme; no hay doble estándar para este tipo de tratamientos, y debemos hacerlo con mucha seriedad y responsabilidad, inclusive utilizando instrumentos y pronunciamientos que ya ha tenido la UNASUR en materia de seguridad y otras materias afines.
Luego los dos objetivos creo fundamentales que debemos preservar en esta reunión, que para mí son de carácter fundamental, el primero, tal cual lo dijimos no con reunión en la UNASUR pero sí en la reunión de Río en Republica Dominicana, preservar a nuestra América del Sur como una región de paz, una región donde las doctrinas de unilateralidad no vengan precisamente a perturbar una región que ha podido mantenerse alejada de confrontaciones que no nos son propias y que por lo tanto debe ser un objetivo por parte de todos nosotros conservar la paz en la región. El segundo objetivo, la unión de la UNASUR, que me parece que también es un dato central de este encuentro.
Buen día señor presidente de la República Bolivariana de Venezuela, bienvenido a la Argentina.
El segundo objetivo, como bien decía, la unidad de la UNASUR. Esta unidad de la UNASUR que puede molestar a algunos, pero que en realidad nos ha permitido abordar situaciones conflictivas y procesar esas situaciones conflictivas exitosamente. Recuerdo la declaración de La Moneda, en donde precisamente la UNASUR se convocó por la situación interna que estaba atravesando nuestra hermana República de Bolivia y logramos, en un criterio en el cual hubo unanimidad de todos los Estados miembros de la UNASUR precisamente preservar la institucionalidad, la democracia y el respeto al voto popular en la República de Bolivia.
No quiero terminar tampoco sin comentarles que apenas embarcada en Buenos Aires para aquí recibí una llamada del presidente de Honduras Mel Zelaya, quien nos solicitaba a los miembros de la UNASUR que tuviéramos pronunciamientos similares a los que estaba adoptando por ejemplo Estados Unidos en cuanto a cancelar visas y cuestiones comerciales de los sectores que han dado un golpe en la República de Honduras. Cumplo con la obligación de transmitir este mensaje que me dio el presidente Zelaya para todos ustedes.
Hechas estas breves reflexiones acerca de lo que aspiro a que sea esta reunión, que pueda superar esa fotografía de Quito, algunos mandatarios tenían alguna prevención en cuanto a realizar esta reunión y yo dije que en realidad no podía haber peor fotografía que aquella que habíamos tenido en Quito, en donde no había estado presente el presidente de Colombia y donde además habíamos tenido expresiones que podían llamar a una impresión acerca de lo que estaba sucediendo en la región.
Quiero también manifestar lo mismo que dije en aquella oportunidad en Quito, esto que estamos viviendo, esta alteración en nuestra América del Sur debe ser abordada con mucha responsabilidad histórica por parte de todos nosotros, porque no es tolerable, no es aceptable, que vivamos un clima como el que estamos viviendo cuando hemos podido llegar a acuerdos, cuando hemos podido construir este instrumento, que como dije antes, sirvió y seguramente va a seguir sirviendo para abordar situaciones complejas.
Creo que una de las deudas que tenemos con la UNASUR es fijar mecanismos, fijar doctrinas que nos permitan procesar las diferencias sin necesidad de que el que no esté de acuerdo con algo pueda irse o romper este instrumento que es muy valioso para la región. Creo que es una obligación hacerlo. Y también, reitero, saber que lo que resolvamos en esta cuestión que hoy vamos a abordar va a tener que ser una doctrina uniforme, porque si otro país de la UNASUR viene por ejemplo con la decisión de instalar bases de algún otro país que no pertenezca a la América del Sur, no vamos a tener un criterio diferente. Si es una cuestión únicamente de soberanía nacional deberá ser así para todos los países, en todas las circunstancias similares que se den y si no deberá ser una cuestión en la que fijaremos mecanismos, medidas de confianza, de verificación, de contralor entre los distintos países para asegurar realmente la soberanía de cada uno de los integrantes de la UNASUR. Pero esa soberanía debe ser la de todos, no puede haber una soberanía que tenga una primacía, que imponga condiciones o que someta a las demás a cuestiones en que alguno de los países que formamos parte pueda sentirse objeto de una agresión.
Por eso reitero, en la profundidad de la reunión, no vamos a resolver solamente para esta cuestión para este momento sino para adelante y además hacerlo en un tono en el cual todos podamos expresarnos con la mayor libertad pero también con el mayor respeto por todos y cada uno de nosotros.
Muchas gracias por estar aquí en Bariloche, bienvenidos a todos y a todas y tiene usted la palabra señor presidente de la UNASUR y presidente de la República del Ecuador, querido amigo Rafael Correa.

SEGUNDA INTERVENCION DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ EN LA REUNION EXTRAORDINARIA DE LA UNASUR

Solamente para aportar un poco a lo manifestado por el señor presidente del Perú en cuanto al Consejo de Seguridad y a las medidas que eventualmente podrían tomarse e incluirse en un documento en lo que se denominan mecanismos de confianza entre las naciones, en lo que se refiere a cuestiones militares, a dispositivos militares.

Yo quiero recordarles que por ejemplo en las medidas de fomento de la confianza y la seguridad aprobadas en el marco de la Organización de Estados Americanos el 3 y 4 de febrero de 2003, se establecieron entre los Estados miembros -todos somos aquí Estados miembros de la Organización de Estados Americanos- recomendaciones y medidas concretas acerca de medidas militares en la primera sección y medidas generales de inspecciones que pueden darse entre los países miembros en todas las bases y en cuanto a todos los tipos de armamentos.

Les voy a leer algo para que ustedes vean, esto fue hecho en el año 2003 en el Consejo de Seguridad Hemisférica de la OEA: Medidas militares, implementar un programa de notificación y observancia de los ejercicios combinados y las operaciones de rutina; emprender programas de visitas de defensa en las que los representantes de los Estados miembros de la OEA participantes visiten las instalaciones de Defensa y las escuelas militares de los demás Estados miembros de la OEA, favoreciendo el intercambio de personal civil, militar, etcétera; invitar al Presidente de la Comisión de Seguridad Hemisférica a establecer, emplear e intercambiar manuales de procedimiento; considerar el establecimiento en los casos en que corresponda de zonas de confianza mutua o de seguridad en las áreas de frontera, de acuerdo con las necesidades de seguridad, de la libertad de movimiento y desarrollo comercial de cada país; intercambiar información entre los Estados que estén en posibilidades de hacerlo sobre la organización, estructura, volumen y composición de las fuerzas de defensa y seguridad; fortalecer la cooperación e intercambio de información entre las autoridades policiales, judiciales y militares.

Esto estaba hecho en el año 2003 cuando creo que recién empezaba la UNASUR, había sido el año 2002, 2003, recién comenzaba la UNASUR y ya los miembros de la Organización de Estados Americanos preveían este tipo de contralor entre los unos y los otros para aventar cualquier problema en cuanto a carrera armamentista. Reitero las manifestaciones que de todos, o por menos de los países con mayor volumen de la región, la Argentina debe ser el único país que no ha comprado o que no ha entrado, sí se puede decir así, en una carrera de tipo armamentista, lo cual vinculado a los dos antecedentes anteriores, la existencia en nuestro propio territorio de bases extranjeras unilaterales, de ocupación en territorio colonial, y haber sido víctima también de atentados del terrorismo internacional, nos convierte en un Estado el cual no puede ser sospechado de tener una mirada sesgada de los problemas de seguridad, de los problemas de bases militares, de los problemas de terrorismo internacional, y mucho menos de la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo internacional en la cual hemos sido, en reiteradas oportunidades, reconocidos en forma internacional. Lo digo y coincido en la necesidad de establecer mecanismos concretos, mecanismos de verificación concretos, y por supuesto además creo que debemos conocer en toda su exactitud el convenio que la hermana República de Colombia ha establecido con Estados Unidos, porque si no estaríamos hablando de cosas que todavía no hemos podido conocer en toda su exacta dimensión.

La lectura a la que hizo referencia el señor presidente de la República de Venezuela es un documento oficial de los Estados Unidos de Norteamérica, y por lo tanto debe ser tomado como un documento oficial. Restaría que conociéramos como documento oficial presentado a la UNASUR el convenio que la hermana república de Colombia ha firmado, o estaría a punto de firmar con Estados Unidos, porque tampoco tenemos exactamente la precisión si ya se ha consolidado como instrumento jurídico y ha sido aprobado por los parlamentos de ambos países, para realmente abordar el tema no desde una retórica o desde un tono amical, como decía el señor presidente del Perú, sino desde una organización de Estados que analiza jurídicamente los tratados, porque no hay ninguna otra manera de analizarlos que no sea desde el aspecto y alcance jurídico, y en este caso tratándose de un tratado militar seguramente desde los alcances militares, porque está claro, y esto es una opinión mía, que el combate tanto contra el terrorismo como contra el narcotráfico se funda más que en dispositivos militares en dispositivos de inteligencia y contrainteligencia fundamentalmente. No creo sinceramente que se puedan derrotar las maniobras que describen los señores presidentes, en cuanto a ciudadanos de una y otra nacionalidad que trasponen las fronteras como mulas o con cargamentos y demás, con aviones C17 o con radares, sinceramente creo que el combate contra el narcotráfico es esencialmente operativos de inteligencia y contrainteligencia para descubrir, interceptar los cargamentos, decomisarlos y destruirlos; no soy militar pero me parece que es una regla de sentido común. Bombardear cargamentos nunca he visto, radares y aviones C17 para combatir el narcotráfico tampoco me parecen, sin ser militar, los instrumentos más adecuados, por lo cual yo creo que debemos centralizar correctamente la cuestión y diferenciar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, a la cual todos suscribimos, porque hemos sido victimarios, de lo que constituyen dispositivos de bases militares que tienen otros objetivos, porque las propias características de los aviones, de las pistas, de los despliegues obedecen más a operativos militares de guerras convencionales, que a dispositivos militares que tengan que ver con la lucha contra el narcotráfico. Esto no significa que la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo no requiera de dispositivos militares, sin lugar a dudas que requiere, pero son dispositivos militares mucho más ligeros, mucho más pequeños, fundamentalmente centrados en la inteligencia y en la contrainteligencia.

A mí me parece que de la lectura del documento del Comando Sur, de las características de las bases que parecen tener lugar en Palanquero, surge que va a ser un dispositivo que tiene que ver más con las guerras convencionales que con la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo, en la cual todos, reitero, estamos absoluta y directamente involucrados, y además hemos sido también víctimas algunos de nosotros. Por eso ahora si cedo la palabra a la compañera presidenta de Chile Michelle Bachelet

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