abril 1, 2008
Encuentro por la convivencia y el diálogo en Plaza de Mayo
Ese pasado que quiere volver no va a poder porque ha cambiado la Argentina, ha cambiado el mundo y hemos cambiado también todos nosotros.

 

Argentinos y argentinas: quiero agradecer esta presencia multitudinaria del pueblo argentino, que no ha venido a defender un color político o a un sector; agradezco la presencia de miles y miles de argentinos y argentinas que vienen a defender a su país, la Nación Argentina.

Quiero decirles, argentinos y argentinas, hace apenas dos días que se cumplieron cien días desde que juré como Presidenta de todos los argentinos y créanme, hermanos y hermanas, que nunca había visto en tan corto tiempo tantos ataques a un gobierno surgido del voto popular, nunca tantas ofensas, nunca tantos insultos. ¿Y por qué? Parece que sólo he cometido un pecado: haber sido votada por la mayoría de los argentinos en elecciones libres, populares y democráticas.

Tal vez, además de ser votada, tenga otro pecado: el ser mujer, pero de los dos me siento orgullosa, de ser mujer, la primera que gobierna la República Argentina en nombre del voto popular. Tal vez muchos que hablan de institucionalidad y de cultura democrática deberían practicarla, pero practicarla en las acciones concretas en lugar de los discursos.

En estos días de marzo, amigos y amigas, hermanos y hermanas donde he visto nuevamente el rostro de un pasado, que pareciera querer volver. Tal vez, muchos de ustedes son muy jóvenes, por ahí lo veo a Juan Cabandié, hijo de la tragedia de los argentinos, tal vez muchos no lo recuerdan, pero un 24 de febrero de 1976 también hubo un lock out patronal, las mismas organizaciones que hoy se jactan de poder llevar adelante el desabastecimiento del pueblo llamaron también a un lock out patronal allá por febrero del 76. Un mes después, el golpe más terrible, la tragedia más terrible que hemos tenido los argentinos.

Esta vez no han venido acompañados de tanques, esta vez han sido acompañados por algunos «generales» multimediáticos que además de apoyar el lock out al pueblo, han hecho lock out a la información, cambiando, tergiversando, mostrando una sola cara. Son los mismos que hoy pude ver en un diario donde colocan mi caricatura, que no me molesta, a mí me divierten mucho las caricaturas y las propias son las que más me divierten, pero era una caricatura donde tenía una venda cruzada en la boca, en un mensaje cuasi mafioso. ¿Qué me quieren decir, qué es lo no puedo hablar, qué es lo que no puedo contarle al pueblo argentino?

Sepan, todos los que tengan que saber, que siempre he cumplido mi deber como ciudadana, como legisladora y lo voy a volver a hacer como Presidenta de todos los argentinos.

Quiero decirles que ese pasado que quiere volver no va a poder porque ha cambiado la Argentina, ha cambiado el mundo y hemos cambiado también todos nosotros, somos otro país, pese a quienes les pese. Un país más abierto, un país más democrático, un país más tolerante, pese a los que solamente quieren insultar o agraviar.

Pero yo quiero en esta tarde de alegría decirles a todos ustedes, que han venido aquí bajo una consigna, la del apoyo al gobierno nacional y popular, quiero decirles además que por sobre todas las cosas los hombres y mujeres que hoy están aquí han venido también en defensa propia, de sus trabajos, de sus logros, de sus ilusiones, de sus conquistas, de sus esperanzas, porque somos la plaza del reencuentro y la transformación de los argentinos.

Porque déjenme contarles, amigos y amigas, que en aquel pasado muchas veces nos dividieron con enfrentamientos artificiales, que hoy intentan algunos burdamente repetir. Cuando uno escucha a algunos dirigentes que dicen pertenecer al campo del pueblo y representar a los pequeños productores, digo yo, ¿se puede representar al pueblo y enorgullecerse de desabastecerlo? ¿Se puede pertenecer y representar a los pequeños productores que todos los días luchan contra los pools y las grandes concentraciones económicas? Hablemos claro los argentinos, porque si hablamos claro y con el corazón en la mano vamos a poder construir un país diferente, un país sin falsos enfrentamientos.

Invito a los argentinos a hacer un ejercicio de memoria. Cuántos sectores tal vez, con muy buena fe, creyeron o esperaron que aquel 24 de marzo iba a ser para mejor, conozco inclusive militantes de los organismos de derechos humanos con esta autocrítica. Y esto debe llevarnos a pensar a todos nosotros cuáles han sido los desencuentros para 200 años de frustraciones.

Hoy estamos aquí y siento, argentinas y argentinos, que estamos en un momento histórico de la Patria. Nunca en 100 años habíamos protagonizado esta recuperación económica, trabajadores con trabajo, empresarios con sus fábricas abiertas, comerciantes con sus comercios, estudiantes estudiando en las universidades públicas y en las universidades privadas. Si este año, argentinos y argentinas, volvemos a crecer vamos a ser el período más fructífero de nuestros 200 años.

No desaprovechemos la oportunidad, que no nos arrebaten el presente y el futuro, sepamos defender con inteligencia, con democracia y con tolerancia, sin hacer caso a las provocaciones, las conquistas sociales, políticas y económicas que hemos logrado en estos 5 años.

Argentinos y argentinas, muchos de nosotros venimos de historias diferentes, de experiencias diferentes, de lugares político sociales y hasta culturales diferentes, pero lo importante no es de dónde se viene sino hacia dónde vamos todos juntos argentinos. Esta es la clave, el país que queremos.

Y este país que ha vuelto a recuperar la fuerza del trabajo, que ha vuelto a recuperar sus fábricas, que ha vuelto a recuperar la autoestima nacional y que tiene una oportunidad histórica no la puede desaprovechar.

Yo convoco a todos, a todos, aún a los que agravian e insultan, sólo les pido, si les hace feliz agraviarme síganlo haciendo, pero por favor no agravien más al pueblo, dejen las rutas para que se despejen y los argentinos puedan acceder a los alimentos, las fábricas a los insumos, los comercios a las mercaderías.

Quiero decirles también a quienes tiene la inmensa responsabilidad, la respetabilísima profesión de informar a la sociedad, que lo hagan sin crear antagonismos, sin diferenciar en los colores de piel, por favor, no dividan a los argentinos porque los argentinos queremos estar unidos, solidarios y trabajando.

Este no es sólo un proyecto en el cual podemos mencionar trabajo, fábricas y producción, es por sobre todas las cosas de inclusión social, de redistribución del ingreso. Lo dije a lo largo y a lo ancho de la campaña, yo no soy de los dirigentes políticos que han tenido un discurso en la campaña para luego venir a hacer otra cosa en la gestión de gobierno. Tengo mi compromiso con el pueblo, con mis ideas, a las que expuse libremente en elecciones democráticas, donde compulsamos con otras ideas, con otros proyectos que tal vez no dijeron lo que después hicieron. Pero no importa, la voluntad del pueblo siempre es inapelable, nos guste o no nos guste el resultado, y a eso me remito, argentinos y argentinas.

A este proyecto político de inclusión social, de redistribución del ingreso, de la vigencia irrestricta de los derechos humanos, por primera vez en este mi país, la Nación Argentina. Me siento orgullosa de poder mirar al mundo y que el mundo nos mire como ejemplo de plena vigencia de los derechos humanos.

Sé que hay costos personales que pagar, sé que cuando uno elige el camino del pueblo, cuando uno elige el camino de los derechos humanos, cuando uno elige el camino de una sociedad más justa y equitativa, las cosas se hacen siempre más difíciles. Pero tengo la convicción, tengo la fuerza y tengo el coraje para llevar adelante el mandato que me confirió el pueblo argentino. No lo voy a traicionar.

Quiero convocar, argentinos y argentinas, desde esta histórica Plaza, a todos los argentinos y a todas las argentinas, a todos los sectores económicos y sociales, sindicatos, empresas, para que este 25 de Mayo, a dos años de cumplir el Bicentenario de la Patria, podamos poner una bisagra histórica y dejar atrás definitivamente doscientos años de fracasos, frustraciones y desencuentros.

Convoco al pueblo argentino, a todos, a este gran acuerdo del Bicentenario de nuestra Patria, de nuestro nacimiento, este 25 de Mayo, desde el fondo de mi corazón. Y les pido a todos y a todas que me ayuden, quiero que me ayuden a poder seguir luchando por la justicia; quiero que me ayuden a seguir luchando por el trabajo; quiero que me ayuden a seguir luchando para conformar un empresariado nacional con más valor agregado cada día, con cada día más y mejor trabajo; que me ayuden a que la educación vuelva a ser el instrumento del equilibrio social, porque sola no puedo; necesito de la fuerza inagotable e indestructible del pueblo.

Y sé que lo van a hacer, porque los argentinos nos hemos alejado del infierno y no queremos volver a él. Nos gusta más este país donde somos un poco más los que podemos compartir que aquel país del pasado en el que unos pocos gozaban de todas las riquezas y el resto miraba o sufría o moría.

Como les dije el 10 de diciembre, sé que siendo mujer me va a costar un poco más, pero que no se confundan con mi aparente fragilidad, tengo ejemplos de mujeres que vencieron a lo que ningún hombre podía vencer. Allí están, a un costado, con sus pañuelos blancos en la cabeza, ellas son el ejemplo de que las mujeres, con objetivos, con ideales y con valentía, son capaces de vencer las adversidades más terribles.

Finalmente, quiero en esta tarde agradecer a todos los que se han acercado a esta plaza, a los sindicatos, a los movimientos sociales, a los miles de ciudadanos y ciudadanas que no están en ninguna organización, que simplemente son eso, ciudadanas y ciudadanos que no están de acuerdo con el desabastecimiento, con la especulación, con los que quieren adueñarse de todo. A ellos los convoco a un gran esfuerzo, a una gran campaña que es la campaña de los argentinos.

Quiero convocar también a todos los que militan, cualquiera sea su partido político, a ver si alguna vez dejamos de hacer campaña por el propio partido y empezamos a hacer campaña por la Argentina, que lo necesita más que nunca.

A todos gracias, a todos muchas gracias, mucha fuerza, mucha tolerancia, no importa que provoquen o hagan cosas, seamos nosotros todos los días un poco mejor, porque de esta manera, siendo todos los días un poco mejor, construiremos entre todos también un país mejor.

Quiero también agradecer a las organizaciones de derechos humanos que hoy nos acompañan por su inmensa valentía, por su valor, por su presencia inclaudicable, y a todos los argentinos y argentinas con alegría, porque los argentinos no tenemos por qué estar crispados y enojados, por primera vez en cinco años nos está yendo mejor, un poco mejor a todos. Entonces alegría, mucha alegría en el corazón, mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho compromiso con este, nuestro país.

Quiero decirles, finalmente, que mi compromiso con el pueblo, mi compromiso con el voto popular es indestructible. Ese es el deber que siempre cumpliré como argentina por sobre todas las cosas, como Presidenta de todos los argentinos y para todos los argentinos.

Quiero finalmente pedirles, rogarles encarecidamente a los que aún creen que es bueno cortar caminos para que no pasen alimentos, que es bueno cortar caminos para que no pasen instrumentos para las fábricas, que por favor, en nombre de todo el pueblo y en nombre de ellos mismos, que también son parte del pueblo, adviertan el mal que están haciendo.

Por eso, quiero agradecerles a todos ustedes, hombres y mujeres de mi país, por este compromiso que no es con el Gobierno, que no es con un partido, que no es con un color, sino que es con este, nuestro país, la Argentina.

Fuerte el grito de ¡Argentina!, que se sienta en todas partes, a lo largo y a lo ancho, ¡Argentina con inclusión social, Argentina con trabajo, Argentina por la producción, Argentina por los que menos tienen, Argentina por los que todavía tienen hambre! ¡Vamos Argentina por todo lo que todavía nos falta lograr!

Muchas gracias, argentinos y argentinas, muchas gracias, los quiero mucho, aquí adentro, en el corazón.

Más Néstor y Cristina:

 

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